Proyectos Desechados: Los Mocosos / El Largo y Mágico Verano

Mucho antes de que existiese Stranger Things, allá por el 2010, en mi cabeza ya había un grupo de chavales que resolvían misterios y se enfrentaban a extrañas amenazas en su pequeño pueblo... pero no en una serie de televisión, sino en un juego de rol. Mi inspiración principal era It, de Stephen King, pero también películas como Los Goonies, Cuenta conmigo y Monster Squad. Comenté la idea con mis amigos y guardé algunas notas de las conversaciones:

• Sería un minijuego de unas 10 páginas.
• Los atributos tendrían nombres como Puños, Idea, Imaginación.
• Las habilidades serían las típicas de niños: Canicas, Tirachinas, Bicicleta...
• Los protagonistas vivirían aventuras reales e imaginarias.
• Habría lugares icónicos como la casa del árbol, la mansión abandonada, el desguace, el claro junto al río.
• Los antagonistas podrían ser reales, como los matones del pueblo, o sobrenaturales, como "la Cosa que vive en el vertedero".

En un primer momento el juego se llamaba Los Mocosos y no pasó de la fase de prototipo. Creo que no estaba convencido de que a mi grupo habitual le interesase, y con tantos proyectos a medias, no tardó en quedar aparcado también.

Sin embargo la idea me seguía atrayendo. Años más tarde encontré mis viejas notas y escribí del tirón un borrador titulado El Largo y Mágico Verano. El tono había cambiado un poco, alejándolo un poco del terror. Esta era la nueva sinopsis:

"El Largo y Mágico Verano es un juego de rol que intenta captar el espíritu de las vacaciones que pasamos cuando éramos niños, ya fuese en el pueblo de nuestros abuelos, en la playa o de camping, añadiendo un toque de fantasía e imaginación."

Había decidido utilizar dados D6 y los atributos eran ahora Audacia, Inocencia e Inteligencia. También había menciones a espadas de madera, peonzas o globos de agua, como "armas" que se podrían usar. Entre los lugares de interés había añadido el desván, la casa de los abuelos o el camino del bosque. A las posibles amenazas se habían sumado el monstruo bajo el puente o los perros del guarda forestal.

Supongo que mi intención era darle más peso a la imaginación y suavizar los elementos más truculentos. Visto en perspectiva, creo que es un error, porque la parte "realista" de las aventuras de unos críos en verano puede ser demasiado trivial y quedarse corta a la hora de entretener a un grupo de roleros veteranos. Donde más posibilidades tiene un juego así es en en ese "lado siniestro de la realidad" que describe Stephen King y que oculta monstruos, extraterrestres o vampiros en los lugares más cotidianos.

En cualquier caso, tal y como empezó, el proyecto volvió a pararse. Un tiempo después grapas&mapas publicó Nuestro Último Verano y me pareció que el espacio para un juego tan específico ya estaba más que cubierto. Aun así de vez en cuando me topo con la carpeta donde lo guardo y me gusta darle vueltas a lo que podría haber sido. Y después de descubrir Kids on Bikes me he dado cuenta de que siempre hay espacio para nuevas interpretaciones de un mismo concepto, así que, quién sabe si en un futuro lo retomaré...


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