Siete razones por las que Waterworld es mejor que Mad Max



Waterworld
se llevó el dudoso honor de ser la película más cara jamás rodada, allá por 1995. Su presupuesto de 175 millones de dólares parece poco impresionante hoy en día, teniendo en cuenta que cualquier película secundaria de Star Wars supera con creces esa cifra. Sin embargo para la época era un despilfarro que predispuso a todo el mundo contra ella y la sentenció incluso antes de su estreno. Etiquetada como una mala copia de Mad Max, han tenido que pasar 25 años para que se la reconozca como un clásico de culto y en muchos aspectos superior a su inspiración.

Veamos algunos puntos en los que el aprendiz supera al maestro:

Ambientación:
En el futuro, los polos se han derretido y los continentes han quedado cubiertos por varios kilómetros de agua. Los supervivientes viven en barcos o atolones artificiales y la tierra se ha convertido en un recurso valioso, porque en todas direcciones lo único que se ve es un mar infinito.

A simple vista puede parecer que todo esto es muy similar a Mad Max, solo que cambiando el desierto por el mar. Sin embargo hay diferencias sustanciales. El mayor punto débil de la saga de George Miller es que Max no aprovecha en ningún momento el entorno post-apocalíptico, no lo desarrolla y solo se dan breves pinceladas que se refieren a la vida anterior. Algo incomprensible si tenemos en cuenta que no hace tantos años que las cosas se torcieron. Es evidente que el director prefiere evitar los entornos urbanos y permanecer en la desolación de la carretera, pero tras cuatro películas resulta un poco decepcionante. Tenemos que conformarnos con unas breves imágenes fantasmagóricas de las ruinas de Sydney en Mad Max II.

Waterword es también parca en escenarios, pero nos da una justificación y nos muestra cómo se han reconstruido las cosas, aportando detalles interesantes y propios. La idea de que la tierra sea una moneda de cambio, que haya viajeros y comerciantes nómadas, que exista un mito sobre el lugar llamado "Tierra Seca"... todo ayuda a construir una imagen en la mente del espectador. En el caso de Mad Max es más complicado porque se reinventa en cada ocasión, pasando de un entorno bastante convencional en la primera entrega, el western de la segunda, la casi fantasía medieval de la tercera y la pesadilla sobre ruedas de la última. Entretenidas y espectaculares, pero más huecas como "mundo".

Amigos y enemigos:
No defenderé que el Mariner sea mejor personaje que Max, porque no es así. Mel Gibson supo labrar un personaje icónico y es algo que Kevin Costner no iba a lograr en dos horas escasas. Sin embargo su presencia es tan potente que a menudo no necesita a nadie más en pantalla para que la historia funcione, y eso puede ser una ventaja pero también convertirse en un lastre con el tiempo. Quizá ese sea el motivo de que el "nuevo Max" de Tom Hardy casi no tenga presencia y sea Furiosa la que se lleve todo el carisma en la última encarnación de la saga.

Los acompañantes de Costner en Waterworld tienen más presencia junto a él, un desarrollo mejor e incluso agendas e intereses propios. Quizá se pueda argumentar que son demasiado arquetípicos, pero incluso el villano Deacon es más relevante que muchos de los antagonistas que se cruzan con Max. Por imponentes que parezcan Humungus o Immortan Joe, son solo personificaciones de amenazas, no auténticos personajes. Incluso Tía Ama, y que me disculpe Tina Turner, podría haber tenido un desarrollo mucho mejor. La tercera entrega de la saga es la única que tiene secundarios en los que merezca la pena detenerse.

La historia: Max es el guerrero de la carretera, y como tal está condenado a una persecución interminable. En Fury Road decidieron que no merecía la pena maquillarlo más, convirtiendo toda la película en una huida constante. La justificación detrás podría haber sido cualquier cosa en realidad, porque la intención del director era hacerlo espectacular e impactante, la trama era secundaria. No niego su habilidad para lograrlo, pero apostar tan fuerte por lo visual sin que haya un fondo tiene un riesgo: en cuanto alejas un poco la vista, el mundo parece vacío.

Waterworld proporciona un objetivo claro, no solo al Mariner sino a todo el mundo. Más aún, es un objetivo trascendente, porque se trata de hallar un continente sobre las aguas y por tanto la promesa de una vida mejor. Es importante y el espectador puede entender que alguien esté dispuesto a matar y morir por ello. El robo de gasolina, en Mad Max 2, o capturar a un grupo de mujeres en fuga, en Fury Road, pueden ser motivos igual de válidos para comenzar una carrera frenética, pero no vamos a empatizar de igual forma con ellos.



Exploración y saqueo: En Waterworld existe un mundo sobre las olas y otro bajo ellas, algo que impacta la primera vez que se muestra en pantalla. Los rascacielos sumergidos, de donde el Mariner saca la tierra y las reliquias con las que comercia, ofrecen muchas posibilidades a la imaginación. También van más allá que Mad Max, que pasa por encima sobre la pregunta de qué ha pasado con todos los núcleos urbanos. ¿Han desaparecido todos, incluso los más pequeños, en la guerra nuclear?

Como germen para aventuras, el mundo acuático de Kevin Costner es más abierto, aunque parezca mentira. Uno puede imaginar a la gente que construye atolones, los que pescan restos de las profundidades, las colonias flotantes, la posibilidad de rutas comerciales siguiendo las corrientes, los escondrijos de piratas... Todo eso quizá sería posible en cierta forma en Mad Max 3, pero escasamente en el mundo-desierto de Fury Road.


¡Mutantes!: El Mariner es un mutante adaptado al medio acuático, con agallas y pies palmeados. Aunque los cómics tratan de dar una explicación, nos quedaremos con la incógnita de la película y la posibilidad de que existan más como él, o que tengan diferentes alteraciones físicas según su entorno. En Mad Max hay una buena ración de personajes deformes y aparentemente sobrehumanos, pero nada que indique alteraciones sustanciales. Y por tanto, menos interesantes.


Monstruos:
No solo hay mutantes, ¡en Waterworld también hay monstruos! Kevin Costner caza un terrorífico leviatán marino del tamaño de una ballena, que no habrá surgido de la nada, así que suponemos que podría haber incluso manadas de esas criaturas. ¿De dónde salen? Podemos imaginar que tendrán presas y quizá incluso depredadores propios. Son estos detalles los que dan más dimensión a la película y la hacen especial. Y es algo con lo que Max no puede competir, obviamente.

Niños, pero menos: Waterworld tiene una niña como personaje principal y funciona a la perfección así. Mad Max 3 tiene... demasiados, tantos que el cambio de tono de la historia tras su encuentro con ellos siempre me ha resultado chocante. Ya quedó claro en la segunda entrega que Max no es un hombre de familia, así que ¿para qué insistir? En eso también gana la película de Kevin Costner. Lo sentimos, George Miller.

Comentarios

  1. Absolutamente de acuerdo, punto por punto. "The postman" tambien fuen criticada y aunque es más aburrida y peor en general, también tiene ideas interesantes. A mí lo que me gusta de las pelis de Costner es que se arriesgo enormemente en ellas (tambien en la reconocida Bailando con Lobos, aunque "menos"), son películas que tratan de mostrar algo más, como tu dices un mundo abierto, no una única calle tras la cual solo hay siluetas de cartón.
    Respecto a Tina Turner, posiblemente sea el "antagonista" con más fondo, Humungus no es más que un monstruo de final de fase. En cuanto a la historia de Max, en la primera es un policía, en un mundo decadente, pero se entiende que aún en marcha, la devastación de las siguientes es bastante exagerada, y lo que dices de las ciudades parece obvio, las ciudades serían un lugar lleno de saqueadores.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario