Creando un sistema (I)
Creo que llega un momento en la vida de todo jugador de rol, o al menos en la de los más fanáticos, en el que uno se plantea crear su propio sistema. Puede ser por muchas razones: estás cansado de parchear tu juego favorito, te gusta la ambientación de otro pero odias sus reglas, quieres dirigir una partida ambientada en tus novelas preferidas o en la serie de televisión que más te gusta... . Puede ser simplemente porque, al fin y al cabo, para jugar a rol solo hace falta imaginación y lo demás es cuestión de ganas.
Ya sea crear un juego completo o sólo unas reglas básicas que permitan pasar un rato divertido con los amigos, desarrollar un sistema es un trabajo que nunca termina. Siempre se puede revisar, perfeccionar, corregir, ampliar... . Los jugadores suelen contribuir (y abusar) si saben que tú eres el autor, lo cual puede dar muchos dolores de cabeza.
En general todo se reduce a una lucha entre el realismo y la diversión. Muchos sistemas han fracasado por intentar abarcarlo