Búscate otro sospechoso habitual: los juegos de rol no son un crimen

Ha vuelto a pasar, es algo cíclico e inevitable: el rol ha vuelto a ser relacionado con un crimen en horario de máxima audiencia. Esta vez ha sido en ese pozo negro de vergüenza y ridículo que es El Hormiguero, de boca de su colaboradora Tamara Falcó. Según ella, a una profesora suya “la asesinaron por un juego de rol”. No ha dicho ni cómo ni cuándo, el objetivo era soltar la bomba y ya está. Necesitaba su minuto de oro para justificar su salario. No importa que sea una estupidez y una falsedad, porque el titular es lo bastante jugoso como para que ya se hayan hecho eco la mayoría de los “periodistas” online. No importa las veces que se explique la realidad y se desestimen esas acusaciones, el bulo de “los peligros del rol” ya tiene nuevas alas. Dejemos una cosa clara: aquí el problema no somos nosotros, sino ellos, la panda de ignorantes con pocas ganas de abrir un libro que se agarra a la frasecita de “macabro juego de rol” para etiquetar todo lo que no entiende. Es de chiste, además