Arma preferida

Llevar dos espadas cortas nunca fue muy práctico en AD&D. Es cierto, eran más rápidas que las largas, pero la velocidad no compensaba perder ese 1d8 de daño, sobre todo a niveles bajos. El ataque adicional tampoco era excusa, porque nada impedía que llevases dos cimitarras, (por decir un tipo de espada). Así que al final acababas sacrificando parte del carisma del personaje en aras de la letalidad en combate. No hace mucho me comentaba Mr. Blackwood que un amigo suyo, en Cyberpunk, se pasó de las dos Berettas a lo John Woo a las armas automáticas, porque se dió cuenta de qué era lo que cortaba el bacalao. Creo que nos ha pasado a todos, en todo tipo de juegos y épocas. ¿Por qué usa James Bond una Walther PPK, pudiendo llevar bajo la chaqueta una Desert Eagle? O ya puestos, un subfusil Skorpion, o mejor dos. Nuestros héroes de ficción no durarían mucho en un mundo en el que lo habitual es optimizarse pensando en el combate y las armas más grandes son la mejor opción. Sí, ya sabemos