La impresión 3D es la respuesta a uno
de los sueños más comunes entre los fans de las miniaturas: poder tener todas las unidades que uno desee con tan solo pulsar un botón
y llegar a construir el ejército perfecto sin hipotecarse de por vida en el
proceso. Un brazo robótico y una bobina de plástico se encargarán de
hacerlo realidad, capa a capa. Los gurús del filamento vaticinan un futuro en el
que las páginas desde las que descargar planos de todo tipo de
figuras serán tan habituales como The Pirate Bay (sólo hay que ver
Thingiverse) y las impresoras de precisión microscópica no tendrán nada que envidiar a las máquinas de
inyección. Lo que seguirá, probablemente, será una
persecución de las copias ilegales en 3D parecida a la que ahora
sufren las de discos y películas.
La tecnología de impresión en 3D
ha experimentado el mismo ciclo vital que ya hemos visto en muchas
otras, desde los comienzos elitistas y prohibitivos a la caída
vertiginosa de los precios que la lleva al gran público. A
diferencia de lo que ha ocurrido con la grabación de DVDs o los lectores de libros
electrónicos, es difícil que haya una impresora 3D en cada casa,
sin embargo sí que sera una opción viable para el ámbito
doméstico, no sólo para el industrial o el del diseño profesional. Modelos
como la
Printrbot Simple, con un precio de tan solo 300 $, lo corroboran, e
incluso su contrapartida de gama alta, la
MakerBot Replicator 2, no parece
tan inalcanzable por 2200 $.
Siendo realistas, el resultado que se
obtiene a día de hoy con este tipo de máquinas dista bastante de
ser ideal. Se ha mejorado mucho pero las piezas impresas tienen en general un aspecto basto
y requieren de trabajo posterior de lijado y pulido para quedar
presentables. Si la figura es de pequeño tamaño o muy detallada es
aún más frustrante. Sin embargo es cuestión de tiempo que la carrera de los fabricantes por alcanzar mayor resolución en sus impresoras dé con el Santo Grial de la copia perfecta, a todos los niveles y escalas. A partir de ahí veremos cosas como dispositivos multifunción capaces de escanear y reproducir casi al vuelo, colores múltiples, interfaces para cambiar sin esfuerzo la postura de los modelos... el paraíso para cualquier fan.
¿Habrá llegado entonces el momento de decir
adiós a Games Workshop? Si los duplicados chinos y las copias en
resina no lo han logrado, es poco probable. Desde un punto de vista
puramente económico, inyectar plástico en molde es más rápido y barato que
imprimirlo y eso no va a cambiar: una matriz de marines cuesta unos
pocos céntimos y una máquina convencional puede escupir docenas de ellas en pocos
minutos. Además, GW cuenta con diseñadores, escritores y creativos bien pagados dando a luz a material nuevo cada cierto tiempo... o rehaciendo el material antiguo para que parezca nuevo. Lo mismo se puede aplicar a Hasbro o cualquiera de las grandes jugueteras. Y por desgracia siempre habrá quien prefiera los productos de siempre bien
empaquetados y publicitados frente a cualquier alternativa low-cost, por original que sea.
Entonces ¿qué nos espera? En realidad las buenas noticias no son
para aquellos que aspiren a clonar sus miniaturas favoritas, sino
para los que apuesten por el “do-it-yourself”. ¿Por qué imitar
cuando se puede crear? Los autores “de garaje” tendrán a su
disposición el material y los medios para desarrollar juegos de
tablero completos, ya sea para uso personal o para la venta a pequeña
escala. El “print-on-demand” dejará de ser un término
exclusivamente literario. Al igual que los ebooks han democratizado
el mundo editorial, permitiendo a los más pequeños hacerse con su
cuota de mercado, la impresión 3D lo hará con nuestra afición. Se
venderán planos de miniaturas de la misma forma que hoy se venden
PDFs y las grandes empresas tendrán que plantearse si subirse al
carro o perder clientes a pasos agigantados. ¿Veremos a Games
Workshop ofreciendo online los diseños para impresora 3D de sus
dreadnought? Es difícil saberlo, pero lo que es seguro es que ya
no los necesitaremos.
Otros enlaces relacionados:
Modular Dungeon Tiles
http://www.thingiverse.com/thing:74041
Pocket-Dungeons
http://www.thingiverse.com/thing:59110
Shapeways (sección Miniaturas)
http://www.shapeways.com/miniatures
Yo misma diseño en 3D, y espero algún día tener en mis manos mis propias creaciones.
ResponderEliminarSon buenas noticias, aunque de futuro incierto.
SeeU!
Muy interesante lo que planteas, no creo que los grandes vayan a caer por esta tecnología. Pero más de un creativo se está frotando las manos seguro.
ResponderEliminarYo creo que si habrá una en cada casa, formará parte de un kit que aglutinara, impresora color, escaner (3d por supuesto)... las posibilidades domésticas son infinitas ¿vajilla desechable con motivos nuevos en cada comida?
ResponderEliminarA mi quizás me preocupa es el bajón en originalidad/trabajo desde que todo es tán fácil de copiar, el cine y la música incluso son bastante parecidos a la vajilla desechable de la que hablaba, solo importa que sea bonita durante 1 día o dos, asi son cada vez más las cosas. Un "me gusta" es a lo más que se aspira en el 90% de la red....¿hablabas de impresoras digitales 3d? XD
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ResponderEliminarhttp://www.makexyz.com/3dprinters/Spain?ll=40d46366700000001l-3d7492200000000366
ResponderEliminarPara que veas que intento aportar, una lista de lugares que hacen impresión 3D en España a petición, subes el modelo y lo imprimen... desde ¡¡0.9 cm3!!