Estos dados matan fascistas



En 1943, en plena II Guerra Mundial, el legendario cantautor folk Woody Guthrie colocó una pegatina en su guitarra que decía: “Esta máquina mata fascistas”. Para mí, esa frase resume el potencial que tienen todas las formas de expresión artística para combatir el avance de las ideologías totalitarias, el racismo, el machismo o la xenofobia. También la responsabilidad que tienen los autores en esa lucha.

Llevaba un tiempo escuchando menciones de pasada acerca de los cambios que piensa realizar (o ya ha realizado) Wizards of the Coast sobre los alineamientos y las razas de Dungeons & Dragons. Reconozco que no había leído nada en profundidad y ya tenía casi formada una opinión, ¿por qué cambiar algo que funciona? Esa es una mala costumbre que tenemos en las redes sociales, indignarnos antes de tener toda la información. Pero vayamos por partes…

Hace mucho que no juego a D&D y en principio no debería importarme lo que hagan o dejen de hacer con su juego… pero sigue siendo el más vendido del mundo. Queramos o no, cualquier cosa que aparece en sus páginas es comentada y marca la pauta. Los manuales de la 6.ª edición, cuando salgan en un par de años, serán estudiados palabra por palabra, amados y odiados. Tanto los creadores más comerciales como los indie se basarán en lo que encuentren en ellos, ya sea emulándolos o alejándose lo más posible. Como diseñador, debe dar vértigo saber que vas a llegar a tanta gente. Y quizá ese es el motivo de que la editorial haya lanzado estos cambios, tan polémicos para algunos.

De manera superficial había entendido que las razas malignas iban a dejar de serlo por defecto y que además se intentaría hacer más “neutra” la manera en la que se crean los personajes. Ya no habrá unos atributos fijos asociados a ser un elfo o un enano, salvo aquellos que sean naturales, como la visión en la oscuridad, por ejemplo. Mi reflexión inicial ante todo esto fue que era un poco absurdo, por varios motivos. Por una parte, dudaba de que nadie hubiese usado a los orcos, los drows o los goblins como villanos monolíticos. Es imposible que *todos* hayan sido malos en todas las campañas y aventuras, sobre todo porque saltarse las expectativas es una forma perfecta de sorprender a los jugadores. Ha habido ejemplos muy conocidos de disidentes dentro de las razas malvadas, individuos que no se plegaban al estereotipo y se convertían en héroes, sin ir más lejos el elfo oscuro más famoso de la literatura, Drizzt Do’Urden.

Por otro lado, y de manera más general, pensé que “blanquear” un juego así es exagerado, ¿no? La fantasía es solo eso, ficción sobre un mundo irreal. ¿Qué importa que una raza determinada tenga unos rasgos prefijados? Los másters harán lo que quieran con ellos, los convertirán en buenos o malos a su voluntad. Aparte, los jugadores ya son mayorcitos como para saber diferenciarlos y separarlos de la realidad… o al menos así debería ser.

No le di muchas más vueltas hasta que un tiempo después, por suerte, leí varios artículos donde explicaban de forma más detallada los motivos de Wizards para reescribir sus manuales. Fue entonces cuando lo entendí mejor. No solo cambié de opinión, sino que su iniciativa me parece muy oportuna, y creo que cualquier creador de juegos de rol responsable debería tenerla presente.

Sin entrar en profundidad, la idea de la compañía es suprimir todos aquellos rasgos de personalidad asociados a las razas de una forma supuestamente “genética” o instintiva. Un orco ya no es malvado o belicoso por naturaleza ni es propenso a “someterse a una fuerza superior y ser controlado por un líder carismático”, por poner el ejemplo más citado en todas las webs. En el extremo contrario de los alineamientos, aquellas descripciones que nos hablasen de los elfos como nobles y leales, o a los halflings como alegres y propensos a la fiesta, tampoco tendrían sitio ya.

Hay otras correcciones, destinadas a eliminar estereotipos raciales que los autores originales de algunos manuales incluyeron de manera inconsciente. Los vistani de Ravenloft, por ejemplo, tienen una clara inspiración romaní, y se les mencionaba con todos los tópicos negativos que cabría esperar. Los suplementos sobre los países asiáticos sufren del mismo problema, porque recurren a los tópicos sobre China y Japón, aunque el nombre de los continentes sea otro. El tratamiento de la esclavitud también ha cambiado, y seguramente requiera mucha revisión, pero ya es un paso valiente de por sí el reconocer que había problemas en los libros y empezar a prestarles atención.

En resumen, de lo que se trata es de evitar que Dungeons & Dragons perpetúe los prejuicios raciales o de cualquier tipo, aunque sea en entornos de fantasía. Es un problema que estaba ahí y del que no éramos conscientes porque ya lo teníamos interiorizado. Para nosotros un orco o un goblin siempre nacerán malvados, o por lo menos era así hasta ahora. ¿Era necesario? ¿Qué importa cómo se describa a un ser ficticio en un mundo que no existe? En mi opinión, mucho, sobre todo teniendo en cuenta el público al que se dirige y el tiempo que nos ha tocado vivir, en el que el bombardeo ideológico es constante y cada parcela, incluida la del ocio, es un campo de batalla.

Para muchos partidos políticos, el discurso de “aquellos que vienen del país X o tienen el color de piel Y son por naturaleza malvados y delincuentes” es un arma útil en su ascensión al poder. La usan de manera cotidiana y sin vergüenza en los medios de comunicación, día tras día. No es de extrañar, saben lo fácil que cala en la gente el “miedo al otro”, al desconocido, al de fuera, y viven de ello. No podemos repetir esa doctrina en los juegos de rol, ni siquiera de forma indirecta. Ninguna raza debe arrastrar prejuicios, porque si enseñamos a los más jóvenes que hay “malos por naturaleza” en los mundos de fantasía, los manipuladores sin escrúpulos que intentan que los vean fuera, en el mundo real (y los odien), lo tendrán más fácil.

Lo que se ve en las mesas, en nuestras ficciones y aventuras, es un reflejo del exterior e influye en él, no podemos ignorarlo. En los juegos de rol se forman personalidades, sea de forma consciente o inconsciente. Nos hemos pasado años diciendo cómo nuestra afición mejora las relaciones interpersonales, fomenta la creatividad, el trabajo en equipo, la resolución de problemas. Puede ser fantasía, pero cala muy hondo en la mente. Por eso es nuestra tarea denunciar también los prejuicios, el acoso o la toxicidad, defendiendo la tolerancia y el pensamiento crítico.

En tiempos tan convulsos como los que vivimos, hay que adoptar una postura clara y hacer que el rol hable del racismo, el machismo, la xenofobia y la homofobia de la manera correcta y sin tapujos. Mantener una supuesta equidistancia porque “las cosas siempre se han hecho así” o por “no estropear el juego” es colaborar con los que se aprovechan de esas ideologías para extender el miedo y el odio.

Toda obra artística, los juegos de rol incluidos, contiene ideología. Debemos posicionarnos, porque no hacerlo también es asumir una postura. La neutralidad no existe. Habrá quien acuse a Wizards of the Coast de censurar sus manuales para vender, plegándose a los grupos de presión y a la corriente de lo “woke”. En mi opinión es al contrario, como gesto comercial es arriesgado y puede perjudicarles a corto plazo. Pero es lo correcto, y a la larga será lo que triunfe. Por ahora, al menos, han lanzado el debate.

Muchos jugadores de rol “de siempre” se levantarán e inundarán internet con quejas de que han estropeado el D&D, por supuesto. Será fácil reconocerlos, serán los mismos que no ven sexualización en los videojuegos y se aferran al bikini de cota de mallas; los que menosprecian a las chicas que denuncian acoso en las jornadas de rol, tildándolas de exageradas que buscan atención; los que llenan foros de internet quejándose porque hay personajes que no son blancos en una serie de televisión de El Señor de los Anillos. Enterrados en su cueva, renegarán de la última edición y recordarán tiempos pasados donde se podía hacer de todo y hablar de todo. Por suerte será la propia realidad la que se encargue de pasarles por encima y dejarlos atrás. Hacer juegos más modernos, progresistas y concienciados no será una excepción, sino la norma.

Hay un viejo lema del periodismo que dice que la profesión tiene tres funciones básicas: informar, formar y entretener. Los juegos de rol poseen el potencial para realizar al menos las dos últimas, acabando con prejuicios, además de con monstruos, expandiendo horizontes y colaborando para lograr un mundo mejor. Si lo hacemos bien, si asumimos nuestra responsabilidad, nuestros dados realmente matarán fascistas.



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Comentarios

  1. No puedo suscribir íntegramente el texto. Pero si coincido con el fondo. Hace mucha falta que el arte sea valiente y se posicione. La batalla relevante de nuevo se libra en las conciencias.

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  2. En fin, lo de siempre. Típico del que ve fascismo en todos los lugares, a todas horas, en todas las personas que no comulguen con los postulados propios. Los fascismos fueron derrotados en el campo de batalla en 1945, pero es un sueño húmedo de muchos combatir a fascistas que moran sólo en sus mentes. Sobre todo, lo fácil es señalar fascistas,eso sí. Básicamente todo aquel que emita una levísima queja, será señalado. Si Gygax viviera no cabe duda que también hubiera sido señalado (por su vertiente religiosa quizás) En fin,todos fascistas: desde el pescadero al sursumcorda, desde el jugador que fantasea en Mystara al cruel Master que usa estereotipos en Ravenloft...todo queda categorizado en haces lo que yo diga o eres el Hitler de turno. Por fortuna, en la vida no todo es blanco o negro. Ni siquiera los dados.

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    1. De todo el artículo, ¿el único argumento que eres capaz de usar para descalificarlo es un uso incorrecto de la semántica de la palabra que usa en la cabecera como ejemplo anecdótico?

      "claro, como el fascismo no existe, esto no tiene sentido"

      Esto no es ni lectura diagonal. Has leído 3 líneas y el resto, pa qué

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    2. Buenas, anónimo, no has entendido que se ha valido como hilo conductor de la anécdota del cantautor en la que decía "esta máquina mata fascistas" es decir, la palabra, la música combate al fascismo, es decir, la expresión del arte no es neutral.

      Podría matizar un montón de cosas del articulo según mi opinión, pero el meollo no es ese, el meollo es que Frankenrol cree que cómo la guitarra de la anécdota, los propios manuales de rol, ya no cada uno en sus partidas, tienen el poder de "combatir" las injusticias.

      A partir de ahí todo es discrepar sanamente.

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  3. Agradezco el artículo y simpatizo con la idea de fondo. Pero prefiero que el arte siga siendo transgresor y tenga la capacidad de sorprender.

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  4. Agitprop de saldo

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  5. Isa Petra Alta21/3/22 16:05

    El problema es el GACO. Sea lo que sea.

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  6. David Saiz Domenech25/3/22 05:56

    Siempre ha existido un arte con conciencia, y eso está bien. Ese arte... generalmente se muestra a si mismo como tal y es reconocible.

    Lo que no me gusta... es esta sensación de "obligatoriedad" que transmite este artículo, y que a veces veo en otros ambientes.

    Principalmente, es el mundo real el escenario donde se lucha por cambios e igualdad. Y hay quien extiende esto a terrenos de ocio y ficción como los juegos de rol. Y eso está bien. No puedo pensar quien podría oponerse a ello. Pero...

    Lo diré sin tapujos:

    ESO ES OPCIONAL.

    Así lo siento yo. Es una opción, entre las muchas que hay para tratar la ficción. Pero la ficción no tiene que ser siempre un reflejo de lo que piensa el autor de la vida. Y a veces, incluso cuando lo es, no tiene porque ser un reflejo "fácil", distinguible al primer vistazo. Puede estar cifrado. Y no tiene obligatoriamente que ser siempre una herramienta de pedagogía o de concienciación.

    No voy a protestar por los cambios de D&D. Y no me voy a burlar jamás de un director de juego que introduce temas de racismo o feminismo en su mesa de juego, ni le llamaré "políticamente correcto" ni estupideces por el estilo. Pero yo a lo mejor no siempre (subrayo: NO SIEMPRE) voy a querer hacer eso en la mía. Y espero que cuando no lo haga, cuando otros no lo hagan, que no nos señalen como "colaboracionistas-de-no-se-que" por ello. Porque esa también es una opción legítima, como la otra.

    Siempre he creído en la libertad creativa. Y por muy convulsos que sean los tiempos, que lo son sin duda... no me parece bien que se pierda.

    Un saludo, y enhorabuena por el blog y la entrada.

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  7. A mí sí me parece un movimiento oportunista, porque ahora lo woke vende. Que tiene su gracia, porque no deja de ser una forma totalitaria de ver las cosas: o eres de los nuestros, o te quedas en tu cueva. No basta con ser tolerante o incluso pensar que no es correcto, ya que eso es fascista. Tiene su gracia que luego se hable del pensamiento crítico.

    En muchos juegos de fantasía, al igual que en el folklore popular, hay razas que son malvadas por naturaleza. Los demonios, sin ir más lejos. Puede ser gracioso y hasta refrescante variar de vez en cuando (por ejemplo, la genial serie "Lucifer"), pero tener que decir a partir de ahora que los demonios no son intrínsecamente malvados sino que dependen de sus circunstancias... me parece infantil y, además, totalitaria.

    Por otra parte entiendo que, dado que el juego tiene que formar además de entretener y fomentar valores positivos, también eliminarán el capítulo y las reglas dedicados al combate y al armamento. De no hacerlo estarían fomentando la violencia frente a la resolución pacífica de conflictos, algo que no deberíamos permitir.

    En fin, supongo que tendré que volver a mi cueva. Pero allí mis dados seguirán matando fascistas, traigan estos el disfraz que traigan.

    Fran.

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  8. ¿Tolkien entonces era un fascista?

    Espero que no se este diciendo esto porque, a diferencia de quien pueda pensar eso, Tolkien SI LUCHÓ CONTRA EL FASCISMO, y no lo hizo de boquilla y con símiles, lo hizo de verdad, en la 2ª Guerra Mundial.

    En cualquier caso, yo creo en la libertad, así que por mi, si los que compraron D&D en su momento (y por tanto son sus dueños comerciales ahora mismo) quieren hacer eso con su producto comercial, son muy libres de hacerlo, aunque yo no esté de acuerdo con ellos... como también yo soy muy libre de seguir pensando que un balrog es una criatura de maldad sobrenatural, totalmente irredimible, y lo pienso porque eso es precisamente lo que es (también es una criatura ficticia, afortunadamente)... y no, no creo que nadie se vaya a convertir en fascista por señalar esa obviedad...

    Aparte de eso, por supuesto que creo que el autor del articulo tiene todo el derecho a manifestar su opinión y luego a cambiar de parecer si eso es lo que quiere (de hecho, podría volver a cambiar de opinión otra vez y volver a su pensamiento inicial y no pasaría absolutamente nada)... en lo que estoy más en desacuerdo es sobretodo en esa sensación de obligatoriedad y en "enterrar en sus cuevas" a los que no piensan igual que él (o que yo)... No obstante, también debo decir en su favor que leyendo como he leido tanto de esta página, me gustaría pensar que es más bien una sensación subjetiva mía (aunque otros la han señalado arriba) y que el autor de esta entrada realmente no quería transmitir eso.

    En definitiva, creo que no respetar la opinión de los demás (aunque no nos guste) y tratar de que todo el mundo haga exactamente lo que tú digas que hay que hacer, es precisamente lo que más nos acerca al fascismo. Es lo que hacían Hitler o Mussolini...

    Y para terminar, una frase que siempre me ha gustado y que creo que que es muy acorde a los tiempos que vivimos y que, en mi opinión, nos debería hacer reflexionar:

    "El mal adopta muchos disfraces. El peor de todos ellos, es el disfraz de la virtud"

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  9. Pues buena reflexion. Razonada y puede que acertada. Yo supongo que lo habria dejado como estaba porque para mi mantiene el sabor old school. Pero desde luego muy respetable tu opinion y de eso se trata. De poder tener cada uno un punto de vista y que esto no genere un conflicto.

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