Mi último personaje: Sirsha Georgescu (Dungeon World/Vornheim)


Aspecto: Sirsha Georgescu es una mujer joven, de unos veinte años, mide 1.65 m, es delgada y atlética. El tiempo en la calle y la vida que ha llevado le han pasado factura, pero sigue siendo atractiva. Su pelo es largo y rojo. Mientras trabaja se lo recoge en un moño atravesado por varias agujas afiladas y gruesas como estiletes, que utiliza para defenderse llegado el caso. Lleva un vestido largo de color granate, de calidad pero que ha visto tiempos mejores. Ha sido remendado infinidad de veces y la parte delantera ha sido recortada para permitirle mostrar sus piernas, enfundadas en medias con ligueros. El corsé también ha sido arreglado para poder lucir su escote.

Historia: Sirsha es hija de Ratko Georgescu, Duque de Besarev, y la menor de tres hermanas. Su madre falleció al darla a luz. Desde niña fue la más independiente y nunca se adaptó a la disciplina que su padre trató de inculcarle.  A diferencia de sus hermanas Elena y Veronyka, ella prefería la compañía de los criados antes que la de las institutrices y tutores. Su existencia transcurrió con escasos sobresaltos hasta que poco después de su dieciséis cumpleaños, su padre anunció su intención de casarse de nuevo.

Su madrastra, Catalina Dragoi, era una dama de la Corte y antigua amiga de su padre. La noticia del inminente compromiso pilló por sorpresa a las tres hermanas, que la recibieron con diferentes grados de resignación. La recién llegada trató de ganarse sus corazones y a pesar de las iniciales reticencias, parecía que la alegría iba a regresar a la casa Georgescu.

Sin embargo la felicidad resultó un espejismo. Pocos meses después de la boda, la hermana mayor, Elena, enfermó gravemente de fiebres y ni siquiera los mejores médicos del ducado pudieron hacer nada por ella. Su muerte afectó profundamente a Sirsha, que se obsesionó con la idea de que su madrastra había tenido algo que ver en ella. Temerosa de que su hermana Veronyka pudiese correr la misma suerte, se puso como objetivo protegerla a todas horas. No era extraño verla cruzando los pasadizos del castillo de madrugada para asomarse a su habitación y asegurarse de que dormía plácidamente. Una de esas noches Sirsha se encontró presa de un sueño profundo e inexplicable. Sin poder evitarlo se sumió en la oscuridad. Al despertar se encontró a los pies de la cama de Veronyka con un puñal en sus manos. El cadáver de su hermana descansaba sobre ella, en un charco de sangre. En el umbral de la habitación pudo ver a su madrastra, que le sonrió de forma malévola mientras daba la voz de alarma.

Antes de que la guardia pudiese atraparla, los criados, siempre fieles a ella, la escondieron en una carreta y la hicieron desaparecer. Viajó por caminos secundarios mientras la noticia del asesinato de Veronyka a manos de su desquiciada hermana corría por los pueblos y se ponía precio a su cabeza. Sabiendo que ya nunca podría regresar a su hogar, pidió ser llevada a un lugar lejano, un lugar donde nadie pudiese encontrarla. Así llegó a Vornheim.

Sin amigos, sin recursos y en la más absoluta pobreza, en su primer día en la ciudad Sirsha se tiñó el pelo de rojo y arregló el único vestido que sus criados pudieron meter en su equipaje. Había trazado su plan. Trabajaría en las calles hasta que pudiese vengarse, de una forma o de otra. Desde entonces busca la manera de relacionarse con hombres y mujeres, pero no necesariamente los más ricos, sino los más influyentes. Atesora favores y deudas por cobrar, espía para quien se lo pide y si es necesario asesina por encargo. Todo con el objetivo de lograr alzarse, poco a poco, en la escala social y orquestar desde allí la caída de su madrastra.


Sirsha Georgescu fue el personaje que creé para Vornheim, una ambientación medieval fantástica desarrollada por Álvaro López.


Photo by Arian Darvishi on Unsplash


Comentarios

  1. De qué me suena Sirsha?? Creo que se la vio con cierto batracio hace ya tiempo.

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