Semillas de Aventuras: El tren del oro nazi



En 1945, cuando todo parecía perdido ya para el III Reich, los dirigentes nazis decidieron esconder todo el oro posible lejos de sus enemigos. Uno de los trenes destinados para esta misión, cargado con cientos de toneladas del precioso metal, desapareció en las montañas del sureste de Polonia sin que haya podido ser localizado hasta hoy. Supuestamente sigue sepultado en los túneles secretos que excavó Hitler, protegido por minas y explosivos, aguardando a ser descubierto.
Hay muchos elementos reales en esta historia, por ejemplo el hecho de que los nazis saqueaban las arcas de todos los bancos de los países que invadían, enviando después el oro a Alemania para ser fundido y alimentar su maquinaria bélica. También existieron convoyes llenos de oro y obras de arte, que recorrieron Europa en un último intento de esconder lo robado, ante el avance de los Aliados. Supuestamente todos fueron localizados por los americanos en minas de sal al final de la guerra, pero nada impide soñar con que uno de aquellos cargamentos haya quedado olvidado, a disposición del quien sepa seguir las pistas y localizarlo. Por último, sí que existió una red de túneles en las montañas de la Baja Silesia, parte del famoso Proyecto Riese, que pretendía trasladar el cuartel general y las fábricas de armamento germanas a siete enormes complejos subterráneos.

La realidad ha sido menos benévola con los que han creído estas leyendas y no hay constancia de que ningún buscador de tesoros haya dado con obras de arte perdidas, pilas de lingotes de oro o bases nazis en el subsuelo. Al igual que pasa con las estancias ocultas en la Gran Pirámide o el sepulcro de Nefertiti escondido tras los frescos de la tumba de Tutankamón, los titulares sensacionalistas prometen grandes hallazgos que luego quedan en nada. Las imágenes de los georadares son normalmente falsos positivos o formaciones totalmente diferentes a lo esperado. En el caso del tren del oro nazi polaco, el revuelo en los medios de hace unos años no se concretó en nada. Los fracasos, sin embargo, dejan la puerta abierta a seguir soñando...


Como semilla para nuestras aventuras, podemos plantearnos ambientar la historia tanto en la Segunda Guerra Mundial como en la época actual. En ambos casos los protagonistas estarán tras la pista del tren que carga el tesoro, quizá siguiéndolo de cerca antes de que se interne en los laberínticos túneles o rastreando los archivos del lugar y hablando con los aldeanos para conseguir una pista de dónde excavar. ¿Qué encontrarán nuestros héroes?

Si queremos mantener el tono realista, soldados de las SS pueden estar apostados para vigilar los vagones, y no dudarán en repeler con fiereza cualquier intento de aproximación. En el presente, puede ser una organización secreta que busque el alzamiento de un cuarto Reich la que tienda una emboscada a los jugadores o les siga de cerca. Por otro lado, si queremos algo más al estilo Hellboy, con elementos sobrenaturales y de horror cósmico, los protagonistas pueden descubrir que nunca ha habido oro en el tren, sino que se trata del traslado de un misterioso artefacto, o una criatura primigenia, a cargo de la Ahnenerbe, la sociedad para la investigación paranormal de Hitler. Todo el Proyecto Riese era una tapadera para acceder a las ruinas de un antiguo templo, donde poner en marcha una maquinaria milenaria que puede cambiar el curso de la guerra...






Comentarios

  1. Es terriblemente extraño que los nazis, el mal por excelencia, sigan siendo fuente inagotable de historias, documentales y cuentos. No creo q Hitler, antes de volarse la cabeza, si es que lo hizo, pudiese imaginar a dónde llegaría aquel pintorcillo mediocre frustrado.
    Esta también la historia del oro escondido en gelidos lagos norteños.

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