Crónicas de la Zona Roja


Hay un borrador de 2014 en mi carpeta de "pendientes" titulado Crónicas de la Zona Roja. Contiene apuntes para una novela de género post-apocalíptico que nunca llegué a desarrollar. A grandes rasgos, la población mundial ha sido diezmada por una pandemia y los supervivientes de las clases altas se han refugiado tras enormes muros en el centro de las ciudades, dejando al resto de la población atrás, en lo que se conoce como la Zona Roja. El lector seguiría al protagonista mientras trata de conseguir comida y recursos, sin perder la esperanza de localizar a sus seres queridos entre todo el caos y la violencia. En su día era pura ficción, inspirada por las noticias sobre el SARS, el MERS o el ébola que nos han ido llegando desde los años 90. Todas las piezas estaban ahí, desde las sucesivas mutaciones de los virus a los avisos de los expertos, así que yo solo tuve que montarlas.

La realidad ha superado a la ficción, o se miran la una a la otra, como reflejos distorsionados. Desde el comienzo en un país lejano con la información censurada, el goteo de casos, la escalada inesperada, el pánico, los supermercados vacíos... Incluso dirigentes como Trump o Boris Johnson menospreciando la amenaza hasta que ya era muy tarde, al más puro estilo de los alcaldes de las películas con tiburones, empeñados en mantener las playas abiertas en contra de las advertencias de los expertos. Y esta es una historia de la que no hemos visto aún el capítulo final.

Por suerte, a diferencia de mi novela aquí no va a haber post-apocalipsis ni vamos a tener que buscar latas de conservas en edificios abandonados. Sí que va a suponer un cambio, me temo, en cómo nos relacionamos. Será complicado superar la desconfianza y volver a saludar con la misma efusividad. Cualquier tos o signo de fiebre nos traerá fantasmas muy cercanos. Sobre todo porque hasta que se desarrolle una vacuna, estaremos a merced de futuros rebrotes.

Cruzo los dedos para que esto nos sirva para estar más preparados y serenos la próxima vez. La estupidez humana no tiene límites, pero quiero pensar que los inconscientes, los insolidarios o los que quieren sacar tajada a costa de la enfermedad y muerte de otros son minoría. Que ese mundo en el que unos pocos se aíslan detrás de altos muros de hormigón y alambradas mientras los menos afortunados sufren es y será solo ficción.


Comentarios

  1. Muy de acuerdo, aunque soy menos optimista en cuanto al escarmiento, pasó con el vih, tras el terror de los 90 emezo una relajación q nos ha llevado a record de enfermedades de transmisión sexual y prácticas sexuales de riesgo, ¿Alguien recuerda el ébola salvo los africanos q lo sufren? Para mi esta pandemia de club Disney q sufrimos es más un aviso q será desoído.

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    1. Habrá que ver cómo estamos dentro de un año. Creo que sabemos muy poco de esta enfermedad y puede darnos sorpresas aún. Sea como sea, ha cambiado el mundo para siempre.

      Un saludo.

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