Siete consejos clásicos para escritores que NO debes seguir


Los cursos y manuales de escritura suelen repetir las mismas recomendaciones, probablemente basadas en un enfoque tradicional o quizá más "seguro" de afrontar la labor de escritor. Ninguna de esas sugerencias es mala de por sí, pero conviene ponerlas en contexto y ver cuales se aplican mejor a nosotros.


  • Escribe sobre lo que conoces: Este consejo debería expresarse mejor como "documéntate". Aunque puede haber autores expertos en su campo, la mayoría escriben sobre cosas que no conocen o que nunca han experimentado. De ahí surge en gran medida el interés por trasladar lo que imaginan a la hoja de papel. Si sólo escribiésemos lo que conocemos nuestras obras serían tan reducidas como nuestra vida cotidiana.
  • Muestra, no cuentes: Supuestamente es mejor decir "Alex se mordía las uñas y miraba en todas direcciones" que "Alex estaba nervioso". Aunque la primera forma es más descriptiva y ayuda a desarrollar tanto el personaje como su relación con el mundo que le rodea, ambas pueden coexistir perfectamente. Las emociones humanas son muy complejas y no todo se puede traducir a aspectos físicos, a veces es necesaria la introspección.
  • Que el protagonista actúe, no reaccione: La idea de que el protagonista tome las riendas y decida qué hacer en vez de verse arrastrado por los acontecimientos parece lógica. Al fin y al cabo él es el centro de la historia y el motor que debería impulsarla hacia delante. Sin embargo siempre habrá momentos en los que las adversidades le golpeen y tenga que reaccionar ante ellas. Su manear de hacerlo también le define. Este consejo se podría reformular como "haz que tu protagonista demuestre por qué lo es".
  • Conoce a los personajes: Un consejo típico es escribir una pequeña biografía de cada personaje, una ficha con datos que pueden no usarse posteriormente en la trama pero que te ayudarán a encontrar la "voz" de cada uno de ellos. Es una recomendación muy válida, pero hay ocasiones en que las historias se desarrollan de forma diferente a como habíamos pensado y lo mismo pasa con los personajes. Resulta imposible conocer a fondo a alguien hasta que no has pasado tiempo con él y le has visto en todo tipo de situaciones. Nuestros protagonistas pueden y yo diría que deben sorprendernos.
  • Haz que tus diálogos sean realistas: Un diálogo real está plagado de redundancias, repeticiones y comunicación no verbal, a menudo resulta caótico y no transmite la información de una manera eficiente. Lo que es más importante, si lo transcribimos lo más probable es que resulte feo y difícil de leer. Lo que entendemos como un diálogo "realista" es la mejor aproximación literaria a ese habla. No se trata de copiar lo que escuchamos por la calle sino de captar los matices que diferencian a unos interlocutores de otros, a ser posible sin caer en el recurso fácil de las interjecciones, las muletillas o los acentos.
  • Conoce el final: Otra recomendación habitual es que sepas qué va a pasar en tu historia del principio al final, aunque sea a grandes rasgos, antes de empezar a escribir. De esta forma podrás planear mejor la estructura de la narración, establecer los nudos de la trama y demás. En mi opinión es más interesante transformar este consejo en tres preguntas a las que responder desde un principio: ¿Qué quieres contar? ¿Cómo quieres hacerlo, en qué estilo o género? ¿Por qué? Conocer tu motivación va a ayudar más a la obra, artísticamente hablando, que ser capaz de delinear un mero plan de trabajo. (Otro motivo más, meramente práctico, para no preocuparse por conocer el final, es que te divertirás más como autor si es tan inesperado para ti como para tus lectores.)
  • Conoce a tu público: Para mi gusto, éste el peor de los consejos. Si hay alguien en quien no debes pensar cuando escribes es en los lectores. No les conoces y es imposible contentarlos a todos, intentarlo sólo te llevará al bloqueo y la frustración. Además, hay que partir de la base de que nuestra aspiración es crear algo mejor que lo ya existente, o como mínimo diferente. Es nuestro criterio el que importa, no el del público. Una cita que se le suele atribuir a Henry Ford lo resume bien: "Si le hubiese preguntado a la gente qué quería, me habrían dicho que caballos más rápidos."

Comentarios

  1. Gran post... LA primera norma de un corolario de normas es que los corolarios pueden y deben ser dejados de lado.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario