Ideas de Ambientación: La Peste (II)

Los efectos en la magia
Puede ocurrir que la magia surta efecto donde las plegaria fracasan, quizá los conjuros arcanos de protección o de preservación y restauración del cuerpo sean al final la única salida. Si esto ocurriese, serían los magos los que aumentarían su poder e influencia, ganándose el respeto de todos... o casi. Un éxito demasiado notorio podría provocar los celos de reyes y príncipes, o la cólera de las órdenes religiosas, que verían cómo les pisan el terreno en un campo que siempre ha sido suyo. Con las simpatías del pueblo del lado de las órdenes de hechicería, el temor a una conspiración o a la instauración de una magocracia sería la excusa perfecta para que los gobernantes creen una "inquisición" que vigile cualquier movimiento sospechoso e incluso que regule el uso del poder arcano. Podemos imaginar a los magos siendo buscados y obligados a ejercer su labor de manera controlada por el "bien común". ¿Serían sometidos con facilidad o viviría el mundo una guerra religión-magia con la peste como telón de fondo?

La alternativa científica
Si ninguno de los poderes sobrenaturales tiene éxito conteniendo la peste todavía quedaría la vía de los alquimistas, herbolarios y curanderos tradicionales. Sus métodos pueden ser extraños y arcaicos, pero en una situación tan desesperada pueden recibir el impulso necesario para hacer descubrimientos clave. Si los alquimistas tienen éxito con sus remedios y dan una explicación lógica a la plaga se verán en una situación parecida a la que describíamos anteriormente: los gobernantes pueden intentar hacerse con la exclusividad de la cura, los sacerdotes les mirarán con desconfianza, al igual que los magos, que pueden considerar su trabajo una intromisión en sus quehaceres. Dar al pueblo una explicación lógica a la peste y medios para combatirla  supone también algo más revolucionario aún: significa enseñar a la gente que no necesita a nadie para sobrevivir, incluidos los poderes "superiores". No es de extrañar que siempre haya alguien en las altas esferas tratando de capitalizar el éxito.

Racismo y miedo a "los otros"
Mientras no se halle una cura fiable, sea mágica o alquímica, los habitantes de las zonas afectadas darán una explicación a su manera del origen de la enfermedad, su forma de contagio y la forma de combatirla. Que esta explicación sea real o no, es secundario. Las miradas se dirigirán hacia cualquier extraño que llegue a la ciudad y más si pertenece a otra raza. En la realidad histórica fueron los judíos los chivos expiatorios, aquí pueden ser elfos, enanos, orcos, etc. Los elfos, con su resistencia natural a las enfermedades, serán sospechosos inmediatos.

La desconfianza puede dar paso a la violencia, en estallidos al azar o como planes bien organizados. El cacique local puede desviar la atención sobre su incapacidad para controlar la crisis azuzando a sus conciudadanos contra la ciudad élfica de los bosques cercanos o pagando a mercenarios para arrasar cualquier asentamiento orco o goblinoide que encuentren. A una escala mayor, el emperador puede solicitar a su homólogo élfico el secreto de su "inmunidad", provocando tensiones e incluso un conflicto armado si no es capaz de dárselo.

La Cura
Conseguir la cura puede parecer el objetivo último y la solución para todos los problemas, pero en realidad puede dar pie a nuevas complicaciones.

Si la cura es cara de fabricar o de difícil obtención, puede que sólo esté al alcance de unos pocos. Llevarla desde el recóndito lugar donde se encuentre hasta la civilización puede ser una buena semilla de aventura. Las cosas se complicarán si un componente del preparado es un órgano de una criatura, inteligente o no. ¿Serán capaces los jugadores de tomar la decisión de exterminar a los unicornios o acabar con el último fénix plateado por llevar un pequeño frasco de esencia a su señor?

La decisión de a quién y cómo se administra será otro motivo de conflictos. ¿Se repartirá sólo entre los nobles? ¿Cómo reaccionará el pueblo llano si se entera? Puede que todo sea cuestión de dinero y no se trate de quién merece la cura sino quién puede pagársela. ¿Y si la posee sólo un reino o una facción, capaz de extorsionar al resto? Quizá un grupo religioso intente por todos los medios robarla para fingir que sus poderes divinos todavía surten efecto.

Otras posibles plagas
La peste no es la única enfermedad que puede asolar el mundo conocido y llevarlo al borde de la desesperación. Algunos ejemplos:

  • La Muerte Roja: Descrita por Poe, esta enfermedad es letal y sobrecogedoramente rápida. Se transmite por el aire o por contacto con las víctimas, afecta por igual a humanos y animales. En menos de media hora el enfermo ve cómo su cuerpo se cubre de marcas rojas, comienza a sangrar por los poros y fallece. Si la peste es el miedo, la Muerte Roja es el pánico absoluto, los enfermos serán abandonados, los pueblos quemados y al primer síntoma todo quedará desierto. Una ciudad entera puede resultar arrasada en un par de días, con sus habitantes cayendo como fichas de dominó.
  • El Parásito Mágico: Esta enfermedad sólo afecta a lo usuarios de magia, preferiblemente magos, aunque también sacerdotes y cualquiera que emplee conjuros. Se transmite por contacto con otros enfermos o por utilizar objetos mágicos creados por uno. Esto hace que sea muy difícil de erradicar ya que el parásito permanecerá activo el mismo tiempo que el objeto. También lugares e incluso personas corrientes pueden convertirse en portadoras durante la duración de los conjuros lanzados sobre ellos. En un primer momento el infectado no detectará nada, quizá una merma en sus poderes o que algunos hechizos fallan más a menudo. Luego la afección irá a más, provocando un debilitamiento total, absorbiendo la energía de la víctima y consumiendo a la vez su cuerpo, hasta dejarlo como una carcasa decrépita.
  • El Hálito Negro: Esta plaga no surgió de forma natural, su origen puede rastrearse hasta la enigmática figura del Envenenador, el Pontífice de la Corrupción, y sus siniestros Propagadores (ver más adelante). Las altas figuras negras, semejantes a monjes, aprovechan brotes de peste corriente para realizar su mortal labor, paseando por los pueblos afectados mientras esparcen el hálito a través de sus incensarios. Sólo unos días más tarde se percibe algo diferente en aquellos que han quedado expuestos al miasma: su cuerpo se cubrirá de manchas negras y se hinchará, para dar paso después a la locura, un frenesí suicida en el que atacarán a cualquiera sin importar si son familiares o amigos. Cuando un infectado por el hálito negro muere su cuerpo revienta en una nube pestilente que contagia a cualquiera que esté en las proximidades.


(Continuará...)

Comentarios

  1. Sensacional. Me están encantando estos artículos sobre la Peste. Da gusto poder leer cosas así.

    Gracias por compartirlo con todos.

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  2. brutal! De lo mejor que se puede encontrar por la red

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  3. El epígrafe de la Muerte Roja me encanta. Aunque se lleva la palma el comentario respecto al Hálito Negro.

    Sinceramente, un trabajo impresionante.

    Muchas gracias por ese curro que haces al traernos esto.

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  4. Dado que mencionas a la muerte roja, ¿por que no incluir la opción "Próspero"? alguien que ofrezca a los lugareños (no necesariamente ricos o nobles, pero sí gente desesperada) protección contra el horror de la plaga a cambio de jurar fidelidad a algún poder oscuro, puede que con sus propias almas como pago. ¿estafador, o algo peor? sea como fuere, es bien sabido que la desesperación vuelve a los hombres necios.

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  5. excelentes ideas, la del parasito mágico mezclada con la cuestión del chivo expiatorio, podria dar una partida donde los magos sean perseguidos o donde los magos paranoicos por el parasito se vuelvan contra la población civil pensando que estos son la fuente de la infección, excelente articulo

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  6. Gracias a todos, me alegro de que os guste, todavía queda un artículo más, como mínimo, con ideas de campaña y personajes. No me había planteado escribir un módulo completo, pero si hay material suficiente quizá lo haga, incorporando vuestras sugerencias.

    El cuento de Poe sobre la Muerte Roja se lo recomiendo a todo el mundo, a nivel literario es espectacular, y la atmósfera que crea es muy tétrica y perturbadora. Es cierto que la figura de Próspero (o un príncipe corrupto y disoluto similar) daría mucho juego como PNJ.

    Un saludo y gracias de nuevo.

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  7. Te felicito por los dos post sobre la peste :) Como apunte histórico, te diré que el sobrenombre de "Peste negra" era por el color que tomaban las heridas, y el de "Peste bubónica" por las "bubas", es decir, las heridas purulentas.
    La verdad es que con todo el trasfondo que has metido está perfecto para ambientar partidas en esa época. Sólo una duda, realmente, en un mundo de fantasía donde los dioses oyen las peticiones de los clérigos no sé si hubiera sido tan probable una epidemia de esas características, al menos de manera natural. En una ciudad, o un reino, quizá sí asolaría a la población, pero si todos los clérigo del dios X, se juntan y hacen un rezo popochón no sé si saldría de ahí.
    De hecho, una de las razones por las que tante gente moría era porque los "médicos" (que hay que decir que hasta el S.XX los médicos no eran lo que son ahora, y en la edad media eran barberos, háganse una idea) sangraban a los pacientes, eliminando la poca fuerza que tenían, y muchos otros rompían las "bubas" haciendo que la infección se propagara más deprisa. Porque pese a que hay una rama de la peste que se propaga por el aire, la más común es la que se propaga mediante la sangre (picaduras de pulgas, chinches) o contacto con las pústulas... Así que, imagínense.
    En fin, repito mi felicitación :)

    Saludos!

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