El Golpe (1973)

Paul Newman y Robert Redford bordan sus actuaciones en esta cinta de George Roy Hill, quizá la mejor del cine de timadores. Todos hemos silbado alguna vez su tema principal, o recordado la genial actuación de Newman como tahur borracho en una timba de poker.

Si alguien consiguiese convertir esta historia en una partida, recibiría todos mis elogios. Chicago, años 30, el escenario perfecto... matones, asesinos a sueldo, cartas, apuestas y mucho dinero cambiando de manos. Lo ideal sería no repetir el plan de El Golpe, sino plantear uno nuevo, con los PJs buscando un local, contratando a otros timadores y haciendo el guión de cada escena y cada engaño, hasta llegar al momento final. Algunas alternativas a las carreras de caballos pueden ser una venta de obras de arte falsas o una supuesta trama para falsificar dinero.

¿A quién no le gustaría sentirse como Shaw y Kelly al final de la película, con medio millón de dólares en el bolsillo y una venganza cumplida?

Comentarios

  1. Muy acertado lo de "El golpe".

    Siempre he pensado que el Golpe es la partida que nunca podré jugar. Un ambiente atractivo, con personajes de calibre, incluso la música es perfecta.

    Pero el gran "pero" que le veo es que es muy exigente con los jugadores. Los PJs de una partida de ese tipo deberían ser brillantes, y todos sabemos que a menudo nuestros jugadores se ponen de un pastoso... Y lo más normal es que acaben todos en la carcel, o asesinados por el mafioso de turno (¿Lonnegan se llamaba?).

    En cualquier caso no creo que me equivoque si dijera que muchos pensamos que La llamada de Cthulhu es el juego ideal para llevarlo a cabo, al menos prácticamente parte con a ambientación hecha, de los años 20 a los 30 no va mucho.

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  2. Estoy de acuerdo contigo, es un tipo de historia que requeriría que los jugadores se lo tomasen muy en serio y diesen todo de sí mismos.

    Y "La Llamada de Cthulhu" sin elementos sobrenaturales es la mejor elección. Todos los datos de ambientación necesarios están ahí y el sistema les daría suficiente libertad como para no tener que preocuparse más que por la trama y la interpretación.

    De todas formas la propia película ya nos pone en situación lo suficiente como para poder usar casi cualquier sistema genérico, o adaptar aquel con el que estemos más familiarizados. Si alguien se atreve... .

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