Campañas militares
La campaña típica de Twilight comenzaba en los momentos finales de la III Guerra Mundial. El grupo de jugadores era la tripulación de un tanque que recibía la última comunicación por radio de sus mandos, algo parecido a un "sálvese quién pueda". La OTAN o el Pacto de Varsovia había utilizado bombas nucleares y se había producido un colapso total del frente, así que los pocos supervivientes eran dejados a su suerte, con libertad para intentar sobrevivir a su manera.
Las sesiones eran emocionantes porque en todo momento había acción. Las aventuras consistían en intentar conseguir más armas, equipo, combustible para el tanque o cualquier otra cosa de "primera necesidad". Los personajes era militares curtidos y fuertemente armados así que las discusiones se resolvían por la fuerza: tiroteos, emboscadas e infiltraciones en bases enemigas estaban a la orden del día. No era de extrañar porque los encuentros casi siempre eran con saqueadores, desertores de otros ejércitos, guerrilleros o habitantes de pequeños pueblos con el gatillo fácil.
Quizá se tratase de un juego más táctico que de rol, pero a cierto tipo de jugadores (yo incluido) les gustaba. Había más recuento de munición que interpretación y eso era lo que buscábamos. Supongo su éxito se debía a que se salía de lo acostumbrado en el resto de campañas, donde normalmente no se fomenta el enfrentamiento sino que se evita hasta que no queda más remedio. Aquí nos metíamos en el papel espiando y evaluando las fuerzas enemigas, planificando ataques y ejecutándolos. Si las partidas eran buenas, una emboscada o contragolpe inesperado podía disparar la adrenalina hasta extremos insospechados.
Para los que quieran captar un poco de ese espíritu, nada mejor que un par de películas de los 80: La Bestia de la Guerra y Amanecer Rojo. También es muy recomendable el libro "Tormenta Roja" de Tom Clancy.
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